Mojácar
El Pueblo
Mojácar impresiona desde la lejanía. La majestuosa amalgama de blancas casas, arremolinadas y colgado de la última estribación de la Sierra de Cabrera se muestra imponente al viajero. Luego, una vez dentro del laberinto se descubre una belleza más íntima entre sus calles estrechas, adornadas de flores de intensos colores que resaltan en el blanco de sus casas y el intenso azul del cielo. Cada rincón nos cautiva, nos traslada a su pasado árabe y nos enseña el día a día de sus vecinos. No sin razón su casco antiguo está internacionalmente reconocido como “Uno de los pueblos más bonitos de España”.
Y desde sus miradores disfrutamos de los más bellos horizontes tanto hacia el mar, como al interior.
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El Clima
El clima suave y soleado que posee Mojácar la mayor parte del año es su principal reclamo. Las más de 3.000 horas anuales de sol dan al paisaje una gran luminosidad influyendo de manera decisiva en su alta temperatura ambiental y marina. La media ronda los 20ºC.
Sus inviernos son templados, transcurriendo como una larga primavera, los veranos son más suaves que los del resto del sureste, la pluviosidad es bastante escasa y se concentra en las estaciones intermedias (primavera y otoño) y la temperatura del agua es más alta que la del aire lo que hace agradable el baño marino casi durante todo el año (en la superficie entre 21 y 30º en verano y entre 10 y 15º en invierno. A partir de los 100 a los 200m. la temperatura se mantiene constante, entre +13 o -13).
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Su Gente y Gastronomía
Desde antiguo diversos pueblos y culturas han habitado este Municipio, pieza codiciada por todos. Mojácar, debido al enclave vigía de su pueblo, su costa, la benignidad de su clima y actualmente su calidad de vida, es un lugar muy apreciado. El carácter de su gente es abierto y amigable, acostumbrados a compartir y departir con el visitante que finalmente en muchos casos se convierte en un vecino más. Son cuidadosos con su entorno y engalanan sus fachadas con macetas y flores.
En Mojácar, el viajero puede disfrutar de la diversidad y la calidad gastronómica de sus bares y restaurantes. Una calidad basada en la gastronomía popular y la superación del día a día. La presencia en los fogones de profesionales cada vez mejor formados, ha contribuido a un aumento tanto de la oferta como de la excelencia gastronómica.
Una apuesta por el futuro es la escuela de hostelería de Mojácar, donde se forman jóvenes de toda la comarca. Conscientes de la importancia que tiene mantener el legado culinario, mantenemos el sabor auténtico de aquellos platos y guisos sencillos que reconfortaban el apetito en otros tiempos, y que son añorados y buscados por muchos de nuestros visitantes. Entre ellos, se encuentran los gurullos, los guisos de pelotas, el caldo de pimentón, las migas, los arroces caldosos o incluso el cous-cous, fruto de nuestro legado andalusí.
Entre los pescados más comunes de la zona, habría de destacar el gallo pedro, que está riquísimo a la plancha o frito, los espetones (pescado a la brasa, insertados a modo de brocheta) de sardinas o júreles, los calamares a la plancha o a la romana, los boquerones rebozados o en vinagre, la sepia en salsa, el pulpo a la vinagreta o la exquisita gamba de Garrucha. Otros ricos pescados son los galanes, salmonetes y palometas.
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Arquitectura
En Mojácar las casas se encumbran en la montaña produciéndose un gran impacto visual: el blanco de las casas, los marrones de la tierra y el azul del cielo y del mar. Las techumbres son planas o de terraza, dando sensación de casas cúbicas, impenetrables, donde el turista desde fuera no puede visualizar sus laberínticas y empinadas calles. Antiguamente se utilizaban el adobe y la piedra formando techos abovedados, hoy en día el blanco es el protagonista de la arquitectura mojaquera.
Mojácar pueblo está formado por viviendas agrupadas, escalonadas, acomodadas a la topografía del terreno adecuándose a la arquitectura tradicional. El dominio del macizo sobre el hueco formando cubos más o menos geométricos de monocromía blanca, son algunas de las condiciones estéticas de las casas del pueblo.
El núcleo de Mojácar playa de reciente crecimiento ofrece unos edificios recientes, alternándose una tipología de vivienda unifamiliar adosada y otra agrupada.
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Playa y Mar
Mojácar cuenta con 17 kilómetros de costa, que van desde Marina de la Torre (frente al campo de golf), límite con Garrucha, y hasta la Rambla de la Granatilla, en la impresionantemente bella pedanía de Sopalmo, y a pocos kilómetros de inicio del Parque Natural de Cabo de Gata – Níjar, junto al término de Carboneras. El visitante puede disfrutar tanto de playas vírgenes, ideales para los más solitarios, como otras más turísticas, dotadas de numerosos servicios.
Galardonadas con Banderas Azules de la Comunidad europea o inmersas en planes de calidad, las playas de arena de gránulo fino son las preferidas por las familias, ya que en ellas podemos realizar todo tipo de actividades de ocio y disponer de todos los servicios: Playas de Marina de la Torre, El Descargador, El Cantal, La Cueva del Lobo, Las Ventanicas y Venta del Bancal, entre otras. En dirección Carboneras se sitúa la tranquila playa de Macenas, que es vigilada por una torre artillada que se alza junto al mar y presidida por castillo, desde donde se divisan la Cala del Peñon y la Playa del Sombrerico.
La Zona sur de Mojácar permite disfrutar de una manera más salvaje y aventurera del paraíso costero formado por calas como Bordenares, El Lance o Cala Granatilla, protegidas para la práctica del naturismo, son calas naturales con ricos fondos marinos.
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Naturaleza
La estructura urbana de Mojácar es sin duda uno de sus atractivos principales. El intrincado laberinto de sus calles empinadas, el blanco de su caserío y su posición colgando de la última estribación de Sierra Cabrera forman un conjunto de gran belleza.
Pero el municipio conserva a su vez paisajes rurales y naturales de un gran valor cultural, destacando sus playas vírgenes de origen volcánico, las cortijadas de Sierra Cabrera, los barrancos, etc.
Una de las mejores formas de conocer Mojácar es adentrarse en sus tierras y montes a través de los caminos y veredas. Los paisajes quedan grabados en la retina por su luminosidad especial. El valor paisajístico de Mojácar es incalculable.
Su naturaleza es muy viva, rica y diversa, tanto desde el punto de vista zoológico como botanico. Nos encontramos tanto con las aves de los humedales de la Laguna del Río Aguas, en la desembocadura de éste, como con la Tortuga Mora, especie protegida y que encuentra su hábitat en latitudes bajas de escasa vegetación. El campo de Mojácar, huele a romero y tomillo, y en él conviven la retama y el esparto junto con endemismos vegetales de gran importancia científica, como el Limonium estevei (conocida como Siempre viva Mojaquera).
Mojácar está asentada en una estribación de la Sierra de Cabrera cuyo perfil irregular lleno de crestas está causado por ser la más reciente formación geológica de la provincia. Destacan sus diversos y abruptos paisajes que van desde profundas ramblas a oasis de vegetación propia de lugares lejanos, convertidos en caprichosas formas volcánicas al bajar al nivel del mar.
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Fiestas y Tradiciones
Mojácar, tranquila y calmada, se torna bulliciosa en sus Fiestas, en las que se adivina su pasado, su cultura y el arte de sus gentes. De especial mención son las fiestas de carnaval (febrero), Las de San Agustín (Agosto) y las de Moros y Cristianos (Junio), estas últimas fiestas de recreación histórica de gran belleza y colorido.
CARNAVAL. Febrero. Precediendo a la Cuaresma, la celebración de esta fiesta pagana es aprovechada por las comparsas para motivarse en la elaboración de los disfraces más ingeniosos; y salir a la calle para cantarnos en forma de chirigota lo más relevante que aconteció en el pueblo ese año. Desbordante de frenesí es el pasacalles que culmina, lleno de colorido, por la carretera principal de la playa.
ENTIERRO DE LA SARDINA. Miércoles de ceniza. Una vez acabado el carnaval y como preámbulo de la Semana Santa, se celebra esta fiesta, que simboliza el paso de lo carnal a lo espiritual. Una vez oficiada la misa por un cura ficticio, se pasa a la quema de la sardina (elaborada de cartón piedra). Dando luz y calor a las oscuras noches de invierno.
DIA DE ANDALUCIA. 28 de febrero. Con actuaciones musicales de las diferentes escuelas municipales y actos oficiales, celebra Mojácar el día de la comunidad andaluza.
DIA DE LA VIEJA. Primer jueves de Cuaresma. Día de comida en el campo, según una arcaica costumbre, formado por grupos de amigos y familiares. La alegría de los niños llega cuando su “vieja” (pequeño muñeco con aspecto de vieja, hecha sobre una cruz de madera, con la cabeza de tela rellena de caramelos, y adornada con papel de seda) es clavada en la tierra y rota a pedradas, para comerse después el banquete de chucherías.
SEMANA SANTA. La Semana Santa mojaquera encierra ese misterio creado por la mezcolanza entre lo divino y lo pagano. La divinidad a través de los pasos, cuyas imágenes son portadas por cuatro costaleros a través de las calles del pueblo, lo pagano a través del ambiente vacacional que debido al buen tiempo la gente utiliza para disfrutar del pueblo.
ROMERIA DE SAN ISIDRO. Mayo. En honor a San Isidro Labrador. El domingo más cercano al día 15 de mayo. Aprovechando la llegada del buen tiempo los mojaqueros se trasladan, junto con la banda de música, en hermosas carrozas ornamentadas con flores, a la pedanía mojaquera de Sopalmo. Después de la merendola, la música y el baile concluyen esta romería.
MOROS Y CRISTIANOS. El fin de semana más cercano al día 10 de Junio. Conmemorando las heroicas epopeyas que llevaron al intercambio cultural y religioso entre árabes y cristianos, Mojácar celebra su fiesta grande. Todos los lugareños se implican en su organización. Las plazas del pueblo son disfrazadas en kábilas moras y en cuarteles cristianos. Comienzan un viernes con la apertura del mercado medieval. El desembarco, la trabucada, el torneo medieval a caballo, son algunas de las actividades mas destacadas. Como broche de oro, el domingo por la tarde es el grandioso desfile que nace en las calles más altas y muere a pie de pueblo.
FIESTAS DE SOPALMO. Principios de agosto. En honor a Cristo Rey este apacible anejo celebra su fiesta. Amenizadas verbenas, la coronación de la Reina y sus Damas y la tradicional corrida de cintas, son algunos de los eventos que allí se acontecen.
FIESTAS PATRONALES DE SAN AGUSTIN. 28 de Agosto. Durante varios días se celebran estas tradicionales fiestas en honor al patrón, que coinciden siempre con un fin de semana. Se suman actividades deportivas, divertidas verbenas y las “corridas de cintas”, en bici para los niños y a caballo para las jóvenes solteras. Especial mención merece la Ofrenda Floral: las mujeres ataviadas con el traje mojaquero, suben agua y flores desde la fuente en procesión hasta la iglesia.
DIA DE LA PATRONA VIRGEN DEL ROSARIO. 07 de Octubre. Dentro de las diferentes actividades las mas destacada sería la tradicional corrida de cintas a caballo. La banda de música recoge a las cinteras casadas en la Fuente Pública y las acompaña hasta el lugar donde se desarrolla en evento.
NAVIDAD EN MOJACAR. Diciembre. Exposición del Belén, recitales de villancicos populares, y la celebración de la llegada del año nuevo bajo el reloj de la iglesia, convierten estas fiestas entrañables en mas divertidas y acogedoras.
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El Indalo
Los llamados “muñecos mojaqueros” se pintaban con almagre (arcilla roja para hacer marcas), para salvaguardar las casas y cortijos del pueblo y la sierra de Mojácar. De su origen y su nombre han tratado diversos autores, vinculando el uso del símbolo, con el Neolítico en la provincia, el Ank egipcio o la explosión del más importante movimiento cultural almeriense de los años 50. Sin embargo, todos coinciden en que este símbolo mojaquero, que fue bautizado con el nombre de Indalo, refleja un algo superior que protege y ampara de los posibles riesgos que pudieran acechar a personas y lugares, así como de la ignorancia y posibles males.
Fue entonces cuando el arqueólogo J. Cuadrado conoció las pinturas esquemáticas de la Cueva de los Letreros en Vélez Blanco, donde aparece un cazador al acecho de dos cabras y otra figura que dibujó H. Breil y que pudiera tomarse como origen de nuestro Indalo, si bien no son las figuras más importantes de la pintura, donde destacan tanto el famoso hechicero como los panes y los soles.
Para los Indalianos, la interpretación de este símbolo representaba varias posibilidades: un cazador con su arco extendido, un ídolo en el sentido religioso, o el dibujo de un hombre, con un arco iris, en señal de protección de los malos espíritus o males terrestres. Perceval tomó este último significado, apoyándose en los indalos aparecidos en Mojácar, donde la figura ya existía.
El Indalo, derivado del nombre Indalecio, (Obispo de Urci, que se introdujo en la Península por Almería), encierra en el lenguaje íbero “ Indal” el significado de dios grande, fuerte, poderoso y protector. Mojácar, en el mismo lenguaje “Monxacar”, significa Monte Sagrado.
El Indalo vive entre nosotros, arraigado a esta provincia en general y a Mojácar en particular, desde hace miles de años. Hoy continúa representado en nuestra artesanía, en los muros de nuestras casas, protegiendo nuestros coches o suscitando la curiosidad y la simpatía de nuestros visitantes.
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